Al día siguiente me dolían los dos gemelos… en las series de por la tarde todo bien hasta que llego a casa… me duele y al día siguiente no puedo andar normal ni subir escaleras, estamos a Miércoles… ¿me recuperaré para el domingo? Visita a Laura, mi fisio de confianza, que está vez casi me saca las lágrimas… y a esperar.
¡Laura hizo magia! (¡Muchas gracias fisio!, ¿qué haríamos sin ti?) Me levanto el domingo y no me duele nada… así que seguimos con el plan. Al llegar buen ambiente, y ya hace calor para ser las 9,30 de la mañana… un aviso de lo que nos espera.
Bueno, cuando lleguemos al primer avituallamiento (kilómetro 7) me paro bebo y esto se me pasa, así hago me tiro agua por encima y el grupo se me va, pero me da igual, voy pensando en acabar. En esto me encuentro con “Alfredo” un corredor local que ya en Cebreros compartió mucha carrera conmigo, así que me pego a él y que me lleve. Me ha sentado bien beber, sigo su ritmo sin problema y vamos pillando corredores, hasta que llegamos al tramo por la playa.
En la salida había visto gente con las polainas Raidlight, y pensé que había algún sitio con piedra suelta o similar… que iluso fui. Salgo de la playa sin piernas, literalmente, en la subida de después, Alfredo y el grupo se me van, yo subo andando, la arena y el sol me han hecho mucho daño, y aquí solo había empezado el calvario.
Me cuesta correr en cuanto hay algo de pendiente, empiezo a ver algo nublado, se me erizan los pelos como si tuviera frío… no hace falta ser biólogo para saber que me estaba dando un golpe de calor de aúpa.
Llego al kilómetro 17, segundo y último avituallamiento, bebo, me tiro agua por encima y me sienta de lujo, en cuanto bajo la temperatura del cuerpo las sensaciones son buenas y me engancho con un corredor que pasa.
Pero el espejismo dura poco, solo hace falta una subida prolongada para que me quede y no pueda más. Ando, troto… el sol me molesta mucho, bebo de los ciclistas que están por el recorrido (sin ellos hubiera sido mucho peor). Pero no puedo más, me siento en una sombra, me levantó, sigo un poco más. Esta parte transcurre por un jaral donde el calor se nota mucho más… casi no puedo ni trotar… y así me arrastro los últimos kilómetros a meta.
La organización de 10, quizá se quedaron cortos solo dos avituallamientos, pero había ciclistas por el recorrido que te daban sus botes para beber. También creo que la salida, con el calor que se avecinaba tendría que haberse adelantado una hora. Pero en general muy buena organización, así da gusto participar.
La primera carrera con el Raidligth Team ha sido para olvidar, pero un mal comienzo no es definitivo, ¿no?.
Página de la prueba: http://avmb.es/
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