Primera carrera de la temporada,
nueva y demasiado corta para mí, solo 18km de ná con 1000 metros de desnivel
positivo. Esta no es mi guerra pero justamente por eso me planté en la salida
sin ninguna presión y simplemente con el objetivo de disfrutar siendo
competitivo otra vez.
La carrera consiste en subir tres
veces el cerro del Telégrafo por tres vertientes muy distintas entre sí, así
que tres subidas y tres bajadas, a por ello.
Uno de los puntos que me atrajo de esta carrera es que la organización ha aprovechado para enlazarla con una causa solidaria y es que para recoger el dorsal había que entregar 1kg de comida para el banco de alimentos, no nos cuesta nada y encima ayudamos, ¡pues olé!.
Uno de los puntos que me atrajo de esta carrera es que la organización ha aprovechado para enlazarla con una causa solidaria y es que para recoger el dorsal había que entregar 1kg de comida para el banco de alimentos, no nos cuesta nada y encima ayudamos, ¡pues olé!.
En la salida hace mucho frío
(sensación térmica según aemete -1º) y pienso salir forrado de capas, pero al
final decido pasar un poco de frío mejor que un poco de calor. Acerté saliendo
en manga corta y con los manguitos (por si teníamos que nadar algo, jeje).
Ambientazo en la salida y ¡zas!
Salimos, primer kilómetro por asfalto hasta salir del pueblo, me coloco en el
segundo grupo detrás de los de cabeza y que sensación tan maravillosa cuando ya
en el primer kilómetro sientes que vas bien, que hoy la máquina responde y que
tienes fuerzas para tirar hacia arriba.
Primeras subidas, bien, corro en
todas y ya vamos en fila de a uno, tomando distancia. Voy con un triatleta que
me aprieta en las subidas, pero veo que lleva zapas de asfalto así que pienso
“o baja muy bien o a este me lo zampo en
cuanto haya dos piedras en el camino”, y así es, me deja un poco en la subida,
pero en cuanto empezamos la bajada, la menos técnica de las tres, le paso como
un cohete y a dar caza al siguiente.
Después de primer avituallamiento
vamos por una zona de sube-baja donde me noto muy bien, voy con otro corredor
al que le meto bastante distancia en este tramo sin forzar, lo que me da muchos
ánimos, además me voy acercando poco a poco a “Rafa”, Rafael Martín, gran
corredor y además del pueblo donde se celebra la prueba, con lo que el público
le lleva en volandas.
Llegamos por segunda vez a lo
alto del cerro y empezamos la segunda bajada, llevo a Rafa a diez metros, pero
no termino de enlazarle cuando de repente en mitad del bosque no veo marcas de
la carrera… mal, nos hemos perdido, así que le digo como si fuera colega de
toda la vida, “Rafa!!¡ No veo marcas! Tú que eres de aquí, ¿pá donde es?” a lo
que me dice: “¡mierda! es verdad, por allí y bajo a todo trapo detrás suyo.
Viene una bajada muy técnica en
la que me empieza a doler las abdominales laterales cuando intento forzar un
poco, pero Rafa y yo estamos cogiendo a un grupo que va delante de unos 4
corredores e intento tirar todo lo que puedo, aún así me duele y no les cojo.
Empezamos la última subida al
cerro, muy técnica, andando todo el rato y veo al grupo a menos de 100m, me
acaban de decir que voy 7º, lo que me anima mucho, además en un repecho
especialmente empinao, me pongo a contar los que van delante y veo que el grupo
es de 5, por lo que tengo el pódium ¡a la vista! Así que a la caza.
En esta subida recorto pero no
les cojo, empezamos la bajada y no puedo forzar todo lo que quisiera, aún así
no se me van. Llegamos al último avituallamiento y última bajada, esta quiero bajar
a degüello, y así me va, empiezo y ¡zas!, tropezón y me veo en el aire, justo
ahí pienso, “seré gilipollas, menuda hostia guapa me voy a dar” y en estas
aterrizo. Me paro un segundo y no me puedo creer que no me duela nada, ¡he
caído en blando! ¡El único blando que hay en este mar de rocas! Así que me
levanto y para abajo.
La primera parte de la bajada es
muy técnica, yo creo que es el peor sitio por el que he bajado quitando la
bajada del collado de Ballibierna en la antigua vuelta al Aneto. No me he hecho
daño en la caída pero no bajo con confianza y voy pensado que 7º está muy bien
y que se maten otros. La segunda parte de la bajada es más corrible, con
piedras pero por sendero y aquí sí aprieto todo lo que puedo, aún así ya voy
cascao y quiero llegar.
Mucho público en esta última parte de
recorrido, me van animando “vamos chaval, que vas 7º”. Último kilómetro en
asfalto, horrible, se me hace muy largo, hasta que huelo a meta y intento hacer
los últimos 500 metros dignamente. Mucha gente a la llegada y el del micro
felicitándome por esta 7º plaza y diciendo mi nombre al entrar, mola.
Así que termino muy contento,
sobre todo por las sensaciones en carrera, me he movido en ritmos altos y
delante, saliendo sin complejos. A mejorar, no iba del todo bien en las subidas,
me falta un poco de fuerza, lo de las abdominales en las bajadas no se que
puede ser, pero intentaré reforzar la zona para poder forzar ahí en carrera y
por lo demás muy contento para ser la primera de la temporada, seguimos
poniendo buenos cimientos para los próximos objetivos, Cross tres Refugios y
Maratón Alpino madrileño.
En la feria de trail estubieron los amigos de SOS HIMALAYA siguiendo adelante con el sueño de Iñaki Ocho de Olza, un mozo que estoy seguro el domingo hubiera disfrutado de lo lindo corriendo por el monte.